¿Sabes esa etapa que casi todxs atravesamos donde no sabemos sonreír para las fotos? No estamos segurxs si mostrar dientes y quedamos más bien retratados con una mueca de labios planos, sellados.
De nuestras vidas infantiles, es un aspecto que debe estar a punto ya de la extinción.Ya no es un accesorio que hay que comprar aparte, sino una funcionalidad que viene integrada en los recién nacidos.
Es probablemente, lo que nuestrxs hijxs señalarán de nuestras fotos, como cuando nosotrxs vemos las fotos en blanco y negro de nuestros padres, y notamos la ausencia del selfie.
<<Mira, mamá todavía no sabía sonreír en esta foto>> – dirán.
Tal vez, a diferencia de nuestra descendencia, tendremos constancia fotográfica de esta etapa como la más pura, cuando todavía no sabíamos de complacer a nadie más que a nuestras propias ganas y hacer algo por solo transigir, era difícil que nos saliese natural. Ahora, ya de grandes ¿nos cuesta menos?.
Así como en el momento de la foto que alguien más quería hacernos, teníamos clarísimo que nos estaban separando de una actividad mucho más divertida y deseábamos volver a ella cuanto antes, siento que lo más cuesta arriba del famoso «adulting» (ser adultx) es que todo gira en torno a distraernos del placer. De hecho, es la norma.
Más bien va de objetivos, de plazos, tareas, de préstamos y trámites.
A veces sí, son las obligaciones propias pero muchas veces son las ajenas, las prioridades de otrxs las que se nos atraviesan y tal vez estoy generalizando, pero si algo quiero hoy es recordarte que el placer vale la pena,“perder el tiempo” en él, regodearse en él, más que “permitírtelo”.


Quiero declarar públicamente que estas cosas me cuestan y que porque las describa, no quiere decir que sepa provocarlas en mi vida. Con mucha frecuencia necesito recordatorios como los que aquí incluyo, para mí misma. La otra parte del tiempo, necesito de alguien más que me las inflija.
Verídico; todxs partimos de una idea más o menos glamurosa del verano, sin embargo, resulta más cierto que mis muslos se rozan al andar y suelo tener acné fácilmente. Indudablemente que también puedes ser impulsivx de fábrica y menos de planes preestablecidos, sin embargo la tentación de cumplir con los compromisos siempre, tiende a ser fuerte.
¿Qué tal si como escribe Glennon Doyle en «Untamed», planificamos solo desde la imaginación? Hay algo en el significado de esas palabras juntas, que me inspira.
O, como dijo Martha Gellhorn:
“Cada año espero el verano y es usualmente bueno, pero nunca es tan bueno como el verano que estoy esperando.”
Me encanta esta frase porque más que insatisfacción por el presente, me refiere optimismo y ganas del mañana.
Me encanta la fase de la sonrisa incómoda porque me recuerda que siempre supimos lo que queríamos hacer en todo momento, que incluso hay pruebas físicas de la guía interior que soy tan rápida en ignorar.
Me pregunté si existía o no un recuerdo compartido si la persona con la que lo compartías ya no podía recordarlo. La memoria oscurecida ¿rompía el circuito? Mi madre era la única persona, aparte de mí, que sabía qué habían significado aquellas tardes diáfanas. Me dije a mí misma que dejar constancia en una página implicaría, de algún modo, salvar el recuerdo del corrosivo paso del tiempo.
Susan Orlean – La biblioteca en llamas
Entonces, si nuestra alegría y desilusión, dolor, placer, carcajada, son al final de todo, una huella fácil de borrar, que al menos quede algo de ello plasmado en esta página.
Si es que, vamos a dar todas las estaciones por sentadas, ojalá salvemos la máxima cantidad de recuerdos posibles de ellas, por simples que estos sean, y construyamos un buen abastecimiento por el que ser adulto, se haya pagado con intereses.
Prosa Ojerosa
PD: ¿Cuáles son los placeres que se te olvidan más rápido desde que eres adultx? ¿Qué artista, película, obra o canción te recuerda la importancia del placer?
Cada jueves que llegas es un encanto, un verdadero placer, sacar mis 5 minutitos para leerte.
Cada día veo mas claro lo maravilloso que ha sido decidirme por buscar el placer en todo, desde la presión de mis dedos en este teclado para digitar las letras, hasta el mas puro silencio de mi meditación.
Me inspiras un poco mas cada día.
Un abrazo.
Gracias, Sara, preciosa. Tu mensaje llega un día de mucho cansancio, y me motiva más de lo que te puedes llegar a imaginar.
Gracias también por poner ejemplos claros dónde encontrar placer, para quienes estén en la búsqueda de ideas.
Un beso grande.
Bella, Conocerte ha sido una preciosa «coincidencia». Abrazo Gigante.
Gracias, bella, por dejarme un poquito de cariño aquí. Opino igual que tú.
Respiro y busco las palabras con las que poder expresar lo que siento tras leerte.
Dedicar tiempo para leerte, es navegar en el placer. Ese, que como comentas, yo también voy dejando para más adelante. El día a día gira tan deprisa, con tanta exigencia, que ya es casi norma que postergue los pequeños placeres para otro momento. En el que quizá, tenga más energía. O disponga de más tiempo pasa saborear. O no tenga tanto miedo a encontrarme de frente con el vacío al que me lleva la desconexión, y pequeños momentos de placer iluminan con tanta intensidad. De encontrarme con la sombra que oculta el no permitirme esa sonrisa incómoda de querer satisfacer mis necesidades, mis sentidos, mi pasión y placer. De saber, al permitírmelo y saberlo excepcional, que la mayor parte del tiempo ando fuera de mí.
Gracias por el post, Adriana.
Me ha ayudado a conectar conmigo. A verme. Y a darme permiso para leer, sentir, pensar y escribir con calma e intensidad.
Un muy fuerte abrazo,
Si estas palabras tan armoniosas son las que salen cuando conectas contigo misma, ojalá que tengas la oportunidad de pasar más tiempo dentro que fuera. Ojalá que tus exigencias sirvan para encausarte cada vez más a la realización de tus pequeños placeres y disfrute. Si fui de inspiración, espero poder replicar ese efecto positivo más veces,
Un beso sonoro.
Es un placer leer tu blog! 😍
¿te estás poniendo al día? 😉 muchas gracias, mi amora, qué maravilla que así te lo parezca.