Minotauros y reinas: el origen del autoconcepto ruin

Así como el minotauro, mitad toro mitad hombre, el autoconcepto ruin es mitad hijo de la gordofobia y de cuan expuestxs hayamos estado a una crianza machista, o a una comparación constante contra filtros de Facetune.

Pero ¿qué es eso del autoconcepto ruin? Es un término que se inventa la autora de este texto, yours truly, para indicar el estado sostenido de desencanto con nuestros cuerpos.

En mi caso particular, jugando el doble rol de psicoanalista y psicoanalizada, habiendo nacido previa la existencia del www y del filtro fotográfico, el cóctel molotov se origina al crecer en un país de “mujeres bellas” porque éstas ganan coronas en concursos para las que son operadas.

Dichas reinas, son protagonistas de leyendas que hablan de comer lechuga y agua de piña por meses en una mansión con caminadoras eléctricas en línea donde hacen cardio día y noche, pero cuya recompensa (¡oh! recompensa) tras el calvario, siempre era en todo caso, la panacea, llegar a la televisión. Esto funda las bases para todas las habitantes del país, más o menos plebeyas, de todos los estratos; vivir la belleza como un deber. En Venezuela. Donde se ondea la bandera de la hermosura femenina con orgullo, por la mayoría.

Digámoslo claro, la mujer debe ser de todo menos dejada, dios nos salve. En temas del cuerpo, me pongo muy religiosa.

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ante todo bellas y delicadas

Pero volviendo al punto, cuando digo que la belleza es un deber allí (pero no solo allí), también hay que aclarar que este deber, está totalmente vinculado al género, (adivinaste, al “femenino”), ¿por qué? Porque era o es de lo más usual ver a una pareja heterosexual compuesta por un hombre y una mujer no solo delgada, pero en perfecto cumplimiento de los requerimientos de esa disciplina que es la belleza:

Era común ver, en mis tiempos mozos (otra frase cuestionable), cabellos de peluquería, operaciones quirúrgicas, dientes blanqueados, tacones, cuerpo trabajado en el gimnasio y con frecuencia, no la misma correspondencia en el hombre.

El hombre, ¿tal vez está por encima de eso?, el hombre es merecedor de la mujer bella solo por saberla conquistar, en calidad de territorio baldío. En cambio, la mujer debe ser primero bella para merecer.

Momento embarazoso:

Por mucho tiempo creí que estadísticamente en Venezuela había 6 mujeres por cada hombre, porque alguien me lo dijo y no lo corroboré. Lo que justificaba «obviamente» por una parte la infidelidad y por otra, la “naturaleza” competitiva con respecto a la búsqueda y captura de un pretendiente, que es capítulo para otro día o, mejor dicho, harina de otro costal igualmente preocupante y plagado de bichos.

Me ha tomado muchos años entender el motivo de mi enfado para con este escenario. Creo que te sorprenderá, al igual que a mí, esta realización. Ya que es mucho más pragmática de lo que yo misma esperaba, en vez de emocional, que también.

Lo que en definitiva me irrita más, es CUÁNTO TIEMPO se ahorra aquel que no pasea sus pensamientos diarios por las dudas, la evaluación, y pasa su valor por un tamíz donde la interminable reforma y reconstrucción de su FÍSICO sea el principal indicador.

Convencida estoy de que, si toda la energía que ponemos en volver nuestros cuerpos adecuados cuando ya lo son, la usáramos en proyectos personales o profesionales para nuestra satisfacción, otro gallo cantaría. Ese otro gallo sabría entonar la mismísima melodía de la felicidad y bailaríamos, sí. No solo reinantes, sino triunfales, habiendo recordado que, todo es cuestión de luz:

Ver es la transformación en etapas sucesivas de una información que llega por medio de la luz a nuestros ojos. Todo lo que vemos es luz y la visión es nuestra forma de asimilarla.”

~Mercedes Halfon, “El trabajo de los ojos”

Por esta lectura en forma de prosa-poesía que es el ensayo barra memoria de Mercedes, es que recordé que, hemos de empeñarnos en asimilarnos como luz literalmente y dejar de vivir como sombras de tonos muy grises, muy mejorables, en necesidad de estirarnos para recibir los rayos del sol.

¡Ah, sí!, y persistir en ello, o como prosigue ella:

“La obsesión o la persistencia es eso: dibujar algo en el lado interno de los ojos”

Entonces, quizá, menos planes de piscina cancelados en mi juventud porque no me pillaron apropiadamente depilada, menos fiestas de bodas arruinadas por sentirme gorda y un tanto inadecuada (tratándolos como sinónimos) en un vestido que había comprado antes.

Más dejar a un lado la felicitación por el cuerpo pre-parto recuperado en semanas, más descartar el comentario de lo bien que se «conserva» ella como si la misión que nos corresponde en la vida es habitar en un frasco hermético lleno de vinagre, más tatuarnos “en el lado interno de los ojos” el amor que merecemos darnos sin que tengamos que hacer nada más para ganárnoslo.

¿Cómo lo ves? ¿Qué necesitas decirte o dibujarte hoy?

Prosa Ojerosa

PD: He vinculado aquí la cuenta @équita.género para que sigamos desaprendiendo las maneras en que los constructos sociales alrededor del género nos hacen todavía desiguales. Rocío Calvo hace una maravilla de trabajo educativo allí. Seguirla me hace sentir que uso Instagram para el bien 😊

También, he de decir que leí a Mercedes Halfon gracias a la editorial las afueras, quienes además me ayudaron a servir de esta lectura a una de mis destinatarias del mes de julio, muy a tiempo, en pleno caos de correos.

4 respuestas a «Minotauros y reinas: el origen del autoconcepto ruin»

  1. Bella Adri, identificada total, también vengo de un país de mujeres hermosas (Colombia), donde muchas mujeres que tienen como sueño una cirugía mas :S Y me siento feliz de ir soltando esas ataduras, esos ideales, aunque aun quedan rastros, cada día son menos. Yo feliz de este verano lucir mi barriga y de leerte!!!

    1. Me alegra mucho saber que cada día son menos, querida Sara. Has trabajado mucho en tu otro bienestar, del que se habla menos porque no nos queda «bonito» y solo se siente bien. Abrazote.

  2. Querida Adriana: cuánto mejor nos iría a todas si estas reflexiones y la madurez que las acompañan fuéramos capaces de hacerlas con 14 años. Yo sufrí mucho pero, gracias a Dios, ya he cumplido suficiente edad como para que el tema de la belleza me importe “un rábano” 😀😀😀. Un fuerte abrazo
    Mari Trini

    1. ¡Ay sí!, cuánto antes mejor, pero supongo que para que eso empiece tan pronto, todas las mujeres deberían ya saberse en la trampa. Déjame que te diga, que he visto a muchas mujeres de tu edad (y alrededores) comiendo «como un pajarito» y haciendo cosas extrañísimas para «conservarse», así que creo que subestimas hasta qué nivel te ha llevado tu experiencia vital. Nivel rabanístico :D:D:D Otro abrazo grande para ti.

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