Phoebe Buffay y las ideas ridículas

Tengo ideas ridículas.

Que las mujeres no pueden ser repetidoras de vestido, que las de piernas cortas deben usar tacón, porque la pierna estilizada es un deber, y lo que no debe ser, es la falda acompañada de deportivas. El bolso combinado con los zapatos y ni siquiera me hagas hablar de toda la casuística alrededor del vello.

Arrugada, hecha bola en una esquina, la lista en papel de las cosas que hay que hacer antes de los 30, los 40 y ni un día después. No nos preguntamos la edad, y tampoco el peso, las cifras son secretas, excepto si son kilos perdidos bien acompañados de una foto del después.

Después, después, liberarnos de pendientes queda en el después, no hay tiempo para el después. Solo a nosotras se nos escurre el tiempo, ¿y cómo no? Si desde siempre somos madre, primero que mujer.

Señoras: pienso en los relojes blandos de Dalí, de algún modo y sin pedirlo, nos pertenecen. las agujas no apuntan a una hora, nos apuntan a nosotras.

Me inspira mucho más la lista de Phoebe Buffay de cosas para hacer antes de cumplir 31:

  • Conocer a alguien portugués
  • Ir a la escuela para francotiradores
  • Recorrer una milla sobre una pelota inflable
  • Tener el beso perfecto
Nadie habla de lo difícil que es decidirse por el mejor gif de Phoebe en todo el internet

Y aunque soy fiel partidaria de que, para todo en esta vida, hay un capítulo de Friends que remedia un malestar, no es ese el objetivo de este texto.

Mientras crecemos en edad (y aunque socialmente no esté igual de bien visto crecer en tallas), comienzo a pensar que es mucho más útil desprenderse de ideas, que retenerlas todas.

Lo que me lleva a Tara Westover, en “Una educación”:

“A pesar de la singularidad de su infancia, las preguntas que plantea su libro son universales: ¿cuánto de nosotros deberíamos dar a quienes amamos? ¿Y cuánto debemos traicionarlos con el fin de crecer?

Si no has llegado aun a leer esta novela, y aunque probablemente no hace falta que alguien más la comente, porque fue de las más vendidas hace aprox. dos años, quería mencionar que, siendo un caso tan particular el que narra; como es crecer en una familia mormona fundamentalista en una montaña de Idaho, el querer complacer a nuestros progenitores (familia, entorno) es una base de la que partimos muchxs de nosotrxs y es un precepto con el que, al menos mentalmente, nos sentimos en constante negociación. T. Westover, escribe:


“No saberlo con certeza, pero negarme a ceder ante quienes afirman tener certeza, fue un privilegio que nunca me había permitido. Mi vida me fue narrada por otros. Sus voces eran contundentes, enfáticas, absolutas. Nunca se me había ocurrido que mi voz pudiera ser tan fuerte como la de ellos.

De allí entonces que insista en una propuesta, hecha ya y de manera mucho más convincente, en solo 13 minutos, por la directora de teatro Jude Kelly: ser mujer y contar la historia de la humanidad.

¿Por qué las mujeres deben contar las historias de la humanidad? – Subtitulado

¿Qué tal pensar en tu voz como una voz con la importancia suficiente? ¿Empeñarnos en Seguir buscando más y más referentes femeninos a la hora de leer?.

Porque la verdad es que tengo ideas ridículas grabadas en la memoria y no vienen de los libros que leí, vienen de la premisa loca de que mi vida es un patrón comparable, que tengo un rol que cumplir, como si ya se supiera algo de mí antes siquiera de haberme plantado aquí a existir.

Necesitamos de un repertorio, de un fondo de armario, sí, pero uno colmado de historias. Historias iguales y diferentes a la tuya (y la mía), que nos ayuden a entender nuestros problemas como relevantes y nuestros deseos como dignos de esfuerzo y apreciación.

Prosa Ojerosa

PD: ¿Se te viene a la mente alguna historia que te haya liberado de una idea preconcebida? Recomiéndame una aquí abajo.

6 respuestas a «Phoebe Buffay y las ideas ridículas»

  1. Hoy lo he gozado tanto leyéndote… me ha venido tan bien lo que me has contado. Me ha caído en el mejor momento. Has sido como un oráculo hoy 🌠

    1. Nunca me habían llamado oráculo, debo reconocer que me encanta. Gracias por siempre tener una palabra bonita ¡y original! a mano.
      Un besote.

  2. El libro «Tú no eres como otras madres» rompe con la idea que tenemos de una madre. Y es un libro precioso, que me recomendó la mía, por cierto. ♥️

    1. Pues lo tengo pendientísimo desde hace mucho tiempo. Muchas gracias por dejarme aquí tu recomendación, voy a subirlo en prioridad ¡YA! <3

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